Los daños producidos en nuestra vivienda o en nuestro vehículo por terceras personas pueden surgir en cualquier momento, y hacer frente a los mismos es una situación que requiere un conocimiento que normalmente no tenemos. Por este motivo, las aseguradoras ofrecen la cobertura de protección jurídica, incluyéndola en los seguros de hogar o coche, o bien mediante su contratación directa.

Llega el verano y hay muchas personas que tienen un barco de recreo, o una moto acuática, o un velero, y no se han planteado la importancia de hacer un seguro de embarcación que les cubra los daños.

Aunque la definición de bienes que forman parte del contenido pueden variar de una aseguradora a otra, consideramos contenido de la vivienda al conjunto de bienes muebles que se encuentran en la misma, siempre y cuando se trate de objetos propiedad del asegurado, de sus familiares o de personas que convivan con él y no tengan carácter de deposito o custodia y que se encuentren en el interior de la vivienda asegurada o en las dependencias anexas.

El importe que pagamos por nuestro seguro, es decir la prima, está fijado por cada compañía de acuerdo con sus criterios actuariales y estadísticos, siendo proporcional, entre otros aspectos, a su duración y a su mayor o menor probabilidad del siniestro y su coste.

En España, la existencia de coches antiguos con una edad de más de 20 años es frecuentemente alta y así lo corroboran las estadísticas de la Dirección General de Tráfico. Pero dentro de este tipo de vehículos hay que considerar diferentes situaciones, como puede ser su clasificación como coches históricos, coches clásicos o simplemente coches antiguos con un diferente tratamiento de cada uno de ellos.

El viajar por cualquier motivo, ya sea por trabajo o por vacaciones requiere estar protegido frente a situaciones como problemas relacionados con la salud, accidentes, perder un vuelo, entre otras múltiples circunstancias.