Ante un siniestro, el asegurado siempre ha de facilitar todas las informaciones relativas a las circunstancias del siniestro, presentando su declaración ante su mediador, que gestionará el mismo con la aseguradora. Una vez presentada la declaración la figura del perito es muy importante para valorar los daños realizando la tasación que resulta imprescindible para establecer la existencia del siniestro y su valoración.
Los gastos periciales en un seguro de coche están incluidos, por regla general, en el caso de la valoración de los daños materiales ocasionados en el vehículo por accidente siendo designados los peritos por la aseguradora.
Cuando contratamos un seguro de coche este nos protege ante cualquier incidencia que, dentro de las coberturas de la póliza suscrita, podamos sufrir, por lo que a la hora de un siniestro la aseguradora designará un perito que tras examinar el vehículo indica al taller cuales son las piezas que habría que reparar o sustituir para restablecer el correcto funcionamiento y estado original del coche, y por lo tanto los daños qué pagara el seguro. La tasación debe ser imparcial permitiendo, en caso de disparidad de criterios sobre los daños, que también el asegurado pueda designar un perito.
Para el supuesto de que en la tasación hubiera acuerdo sobre el importe y la forma de indemnización, la compañía deberá pagar la suma convenida o realizar las operaciones necesarias para reemplazar el objeto asegurado, si fuera posible. Si no hubiera acuerdo sobre los daños, la ley establece un sistema de pericial contradictoria mediante el cual cada parte designaría un perito en un plazo determinado y si subsistiese el desacuerdo habría que nombrar un tercer perito cuyo dictamen pudiera ser, si no hay acuerdo, impugnado judicialmente. Sobre esta peritación contradictoria es importante señalar que tanto el asegurado como la compañía deberán abonar los gastos de su perito y los del tercer perito deberá ser abonados la mitad por cada parte.
En definitiva, el perito debe ser imparcial y objetivo en la evaluación del siniestro, valorando los daños, reconociendo los derechos del asegurado, del taller y de la aseguradora tasando los daños directos y los colaterales, determinando, en su caso, los preexistentes y que no tienen relación directa con el accidente y que obligan a ajustar el valor de la indemnización.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA