Es necesario considerar que un préstamo para adquirir una vivienda conlleva una responsabilidad importante durante muchos años. Dado que no se puede prever al 100% lo que sucederá en el futuro, es aconsejable proteger esta contratación para que el resto de los familiares no tengan que asumir la carga económica en caso de que el titular de la hipoteca sufra algún contratiempo.
Hay que tener en cuenta que, cuando vamos a pedir una hipoteca, siempre intentamos que nos salga con las mejores condiciones. Los bancos ofrecían las ventas vinculadas de seguros por la que los bancos obligaban a firmar con ellos determinados seguros si se pedía un crédito hipotecario. Está practica ha quedado prohibida desde la entrada en vigor de la nueva ley de crédito inmobiliario por la que el adquirente de la hipoteca tiene libertad para elegir con quien quiere contratar los seguros sin someterse a las imposiciones de las entidades bancarias.
Los bancos podrán seguir pidiendo la contratación de los seguros (sobre todo de hogar y/o vida) pero habrán de hacerlo con vencimiento anual, dando plena libertad al tomador para que, en tiempo y forma, puedan renovarlos o cambiar de aseguradora y, por último, la cancelación de estos no podrá afectar a las condiciones de la hipoteca de forma desfavorable. En relación a los seguros mencionados que el banco pudiera solicitar para garantizar el crédito hipotecario hay que tener en cuenta que este no puede obligar a contratar un seguro de hogar y tampoco uno de vida de amortización ni de protección de pagos, pero hay que considerar tenerlos: el primero ayudará a nuestros descendientes a pagar el crédito, si nos pasa algo; y el segundo nos dará cobertura para afrontar el pago de las letras, en caso de que nuestros ingresos disminuyan. Aparte de estas recomendaciones, existen otras: mejor que no sea con la aseguradora del banco, ya que sus condiciones y precios siempre serán menos favorables que si acudimos a nuestro mediador. Los expertos han realizado estudios y concluyen que los seguros de vida riesgo que se contratan a través de una operación de financiación con el banco son hasta un 30% más caros que si los suscribimos directamente con nuestra aseguradora.
En resumen, el banco no puede obligarnos a contratar un seguro de hogar, aunque sí puede darnos mejores condiciones. Tampoco a firmarlo con la aseguradora que ellos decidan. Al comprar una casa o un piso, nuestro banco habitual puede darnos las condiciones para que las estudiemos con nuestro corredor de seguros, y así ver las opciones que tenemos para conseguir el préstamo en las mejores condiciones posibles.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA