La no obligatoriedad del seguro multirriesgo del hogar puede hacer pensar que su contratación supone una carga económica cuando la realidad es precisamente la contraria, pues es una medida de ahorro frente a posibles reclamaciones y daños que pudiéramos sufrir en nuestro domicilio.
Los riesgos que cubrir en el domicilio pueden ser numerosos y variados por lo que expondremos algunas de las causas por las que recomendamos la suscripción de un seguro de hogar.
En efecto, la mayor incidencia que se encuentran las aseguradoras es el siniestro por daños por agua. No es infrecuente que la rotura de una tubería cause daños en nuestra vivienda e incluso en la de nuestros vecinos generando un problema que se puede solucionar muy fácilmente con la contratación de un seguro evitando, por una lado, disputas que no llevan a nada positivo y, por otro, tener que hacer un desembolso económico al tener que hacer frente al siniestro por no tener seguro. La misma idea la encontramos para otra causa de contacto con las compañías que es el de rotura de cristales que cubrirían las ventanas o loza sanitaria, por ejemplo. En esta cobertura de roturas hay que hacer constar, dado el incremento de su instalación en los hogares, que las compañías suelen cubrir la rotura de cristal de vitrocerámica.
Otro daño que nos podemos encontrar es el que pueda sufrir la instalación eléctrica de la vivienda y los aparatos eléctricos por una subida o bajada de tensión, un corte de luz o un cortocircuito. No obstante, hay que distinguir los daños que tengan su origen en los hechos descritos anteriormente de los que puedan sufrir los aparatos o equipos como consecuencia de defectos de funcionamiento de estos. En este último caso el daño no estará cubierto. Otra limitación de las compañías la solemos encontrar en la antigüedad del aparato dañado, que varía dependiendo de la aseguradora de 5 a 10 años. Además, hay que tener en cuenta cuál puede ser el origen del daño, pues si la responsabilidad es de la compañía de la luz, se podrán reclamar aquellos daños no cubiertos. Es importante, en este caso, pedir certificación de la avería para su posterior reclamación.
Otras coberturas como la asistencia en el hogar, el robo o el deterioro de alimentos son solo algunos ejemplos de la necesidad de estar cubiertos mediante un seguro que debe ser contemplado como una medida de ahorro y no como una carga económica. Cualquiera de los ejemplos que hemos reseñado puede tener un coste más alto que la prima que se pague por el seguro.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA