La franquicia consiste en un porcentaje o cantidad fija que la compañía de seguros pacta con el asegurado en el contrato de seguro. La franquicia es la cantidad de dinero que el asegurado asume en cada siniestro, es decir, es el importe que queda exento de cobertura por parte de la aseguradora.
En caso de siniestro, la cuantía estipulada en ese contrato no será abonada por la aseguradora, sino que será asumida por el asegurado. Mediante esta modalidad de seguro se reduce el coste de la póliza sin renunciar a sus coberturas. La utilidad de la franquicia es doble; tanto para el asegurado como para la compañía de seguros: por un lado, baja la prima del seguro, ya que, los siniestros de poco importe los asume el asegurado; y por otro, sirve para que la aseguradora reduzca sus costes en siniestros pequeños, con lo que puede ofrecer un seguro más competitivo. Se aplica para todos y cada uno de los siniestros que se produzcan durante la vigencia del seguro y su importe puede variar, siendo recomendable, en este caso, que se asesore para contratar el que más se ajuste a sus necesidades.
Los seguros con franquicia resultan una opción muy interesante para aquellas personas que nunca han dado un parte de accidente. Por el contrario, para los conductores que tienen siniestros con frecuencia, resulta una opción desaconsejada, pues deberán hacer frente con su dinero por el importe pactado. Pero ¿en qué consiste la franquicia de un seguro de coches? Esta opción cubre todos los daños que se produzcan por responsabilidad civil (los que pueda sufrir un tercero), pero es cuando los daños son propios el momento en que se aplica la franquicia. También hemos de precisar que no puede aplicarse la franquicia en todo tipo de coberturas. En un principio, solo se aplicaba en daños propios, pero pueden contratarse para otras opciones, como incendio, robo o lunas, contratación que no aconsejamos. La reducción de la prima será mayor si hay un número de coberturas grandes, por lo que hay que considerar si tienen o han tenido siniestros con frecuencia.
Pero es muy importante tener en cuenta que en este tipo de seguro la franquicia se aplica por cada siniestro que se tenga, por lo que es muy recomendable no acumular daños que pudieran originar un desembolso importante de dinero. Así, por ejemplo, tenemos este tipo de seguro con una franquicia de 300 €, pagaríamos ese importe por cada siniestro, y si presentamos daños generales, ese importe se multiplicaría por cada zona dañada. En esta modalidad de seguros, como indicamos, es muy importante tener en cuenta que la franquicia se aplica en cada siniestro de forma independiente. Es decir, que, si presentamos varios partes durante el año, y en cada siniestro se producen daños que no alcanzan la franquicia pactada, el asegurado tendrá que pagar de su bolsillo estos gastos, aunque la suma de los daños generados por todos estos siniestros rebase la franquicia.
En definitiva, la dificultad para elegir un seguro es la variedad de ofertas que existen en el mercado por lo que se hace cada vez más necesaria la intervención de profesionales para que la labor de información sea completa. Esa labor de información realizada por verdaderos profesionales, como son los mediadores de seguros, da un valor añadido a la póliza, ya que complementa los servicios de las aseguradoras, a la vez que vigilan sus intereses frente a ellas.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA