La prudencia y el cumplimiento de las normas de trafico son el mejor antídoto para prevenir los accidentes por lo que siempre debemos tenerlo en cuenta a la hora de coger un coche. Importante también es mantener la calma en el caso de un accidente, tomando las precauciones necesarias y no discutir para evitar situaciones que no llevan a nada positivo. Son diferentes las circunstancias en las que se puede producir un accidente con el correspondiente tratamiento de las aseguradoras de acuerdo con la póliza contratada.
En primer lugar, y de vital importancia, es tener en cuenta el requisito legal de tener, por lo menos, el seguro obligatorio contratado para todos los coches dados de alta en tráfico, circulen o no. En los supuestos de encontramos ante un siniestro con otro vehículo que carezca de seguro, intervendrá el Consorcio de Compensación de Seguros por lo que el perjuicio al final recaerá en el infractor teniendo que abonar la totalidad del daño causado.
Referente a los accidentes más frecuentes nos encontramos con los daños sin contrario, donde la inexistencia de terceros por falta de identificación o porque los daños son causados por el mismo asegurado, requieren tener contratada la cobertura de daños propios, con o sin franquicia, para que puedan ser atendidos por las aseguradoras. Llama la atención que uno de los siniestros que se producen con mayor frecuencia es el de la colisión en las glorietas donde, curiosamente suelen salir perjudicados los conductores que cumplen con la normativa y que, normalmente, son golpeados por vehículos que circulan incorrectamente. El tratamiento de las aseguradoras varía según el contenido de la póliza pudiendo reparar rápidamente, por cuenta de la aseguradora, el vehículo quien tenga contratada la cobertura de daños propios, tendiendo que esperar a la aceptación de culpa quien los tenga asegurado a terceros.
Los golpes de alcance trasero estando el vehículo perjudicado parado o en retenciones de tráfico suelen ser uno de los siniestros donde más interviene la falta de atención del conductor causante (¡¡¡ ojo a los móviles!!!) y el tratamiento del seguro no difiere de lo expuesto anteriormente sobra la cobertura de daños propios o terceros. Las colisiones en cadena reciben un tratamiento especifico según haya habido lanzamiento o no pues la determinación de esa causa requerirá un tratamiento distinto de la aseguradora.
Las otras coberturas de los seguros (robo, rotura de lunas, asistencia en viaje…) son contratables con independencia de ser a terceros o a todo riesgo, por lo que en estos siniestros la atención de las aseguradoras vendrá marcada por la contratación donde la figura del mediador es importante a la hora no solo de asesorar sobre la póliza que mejor se adapte a las necesidades del asegurado, sino que también le asiste en caso de siniestro.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA