Cuando se contrata el seguro del coche no solo debemos pensar en la obligatoriedad de su suscripción, sino que debemos buscar aquellas coberturas que cubran nuestras necesidades en el momento de su suscripción y en la renovación anual del mismo.
Efectivamente, el hecho de que todos los coches dados de alta en tráfico tengan que tener, como mínimo, el seguro obligatorio conlleva la necesidad, según las características del conductor y del vehículo, de completar el mismo con otras coberturas que pueden considerarse incluso necesarias.
Entre esas coberturas queremos destacar la de rotura de lunas que creemos necesaria por el poco valor que genera en la prima y el coste de su reparación, es decir, compensa asegurarlas ya que su reparación suele tener un alto coste y la prima por su inclusión en el seguro no es alta.
A través de esta cobertura la aseguradora se hace responsable de arreglar los daños de las lunas o la pérdida de éstas que tengan su origen en una causa instantánea, violenta e independiente de la voluntad del conductor o del asegurado.
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Qué cubre el seguro de lunas del coche
La cobertura de lunas es una de las garantías incluidas en prácticamente todos los seguros de coche, a excepción del seguro a terceros más básico. Cubre la reparación, colocación o sustitución de las lunas delanteras (parabrisas), laterales (ventanillas) y traseras (luneta) del coche asegurado.
Además de lo anteriormente indicado, las aseguradoras suelen ofrecer la denominada “reparación de lunas” consistente en la posibilidad de realizar sobre las lunas con impactos (pues cuando ya está vetada la luna hay que cambiarla), reparaciones que están realizadas por empresas especializadas, y que incluso no requieren dejar el automóvil en el taller.
¿Qué no cubre el seguro de lunas del coche?
En cualquier tipo de vehículo hay cristales y espejos que no suelen estar incluidos en la cobertura de lunas como, por ejemplo:
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Espejos retrovisores, tanto interiores como exteriores.
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Faros del vehículo.
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Intermitentes del coche.
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La póliza no cubre los arañazos, grietas, desconchones y otros deterioros de la superficie del cristal.
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No cubre su rotura como consecuencia de la instalación o colocación defectuosa o producida durante los trabajos de reparación del vehículo.
Por último, hay que indicar que esta cobertura debe incluir también la mano de obra necesaria para extraer la luna deteriorada y para instalar la nueva.
En relación con el techo solar habrá que determinar si forma parte del equipamiento de serie o no, pues en este último caso habrá que verificar la póliza para comprobar que este elemento está mencionado específicamente como accesorio para que pueda estar cubierto pues en caso contrario, cuando no pone nada en la póliza, no está cubierto.
¿Cómo dar parte al seguro de la luna rota?
Para dar un parte de lunas al seguro es muy fácil. Solo tienes que ponerte en contacto con la compañía de seguros o con tu mediador para abrir el parte. Normalmente las compañías suelen tener acuerdos con los talleres de reparación rápida de lunas y en unas pocas horas lo puedes tener arreglado.
Si esta cobertura la tienes incluida en tu póliza de seguros la compañía se hará cargo de la reparación o sustitución del cristal.
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Ana María Amador Rua. Abogada Seguros CEA