La historia del automóvil tiene, entre otros, al modelo de Volkswagen como uno de los que ocupan un lugar preferente en sus páginas. Es un modelo que ha tenido muchas versiones, pero ha ocupado un lugar preferente entre los consumidores, bien sea para adquirirlos de nueva fabricación, bien sea para adquirirlos como vehículo antiguo.
Dada la larga historia de este vehículo son muchas las unidades que aún siguen matriculadas y circulando por España por lo que siempre han buscado sus propietarios un seguro que me mejor se adaptase a las características de su modelo. Independientemente de cuántos años hayan pasado desde la fabricación de un vehículo lo que está claro es que debe estar asegurado, tanto si usa habitualmente, como si está parado en un garaje. Sin embargo, lo que marca la diferencia es el tipo de seguro de coche que se debe contratar para él y las ventajas de las que se disfruta, dependiendo de si cumple con unas condiciones concretas o no. No es lo mismo tener que asegurar un coche clásico o antiguo que uno viejo y tampoco se aseguran igual. La existencia de coches con una antigüedad alta es frecuente en España y así lo corroboran las estadísticas de la Dirección General de Tráfico. Pero dentro de este tipo de vehículos hay que considerar diferentes situaciones, como puede ser su clasificación como coches históricos, coches clásicos o simplemente coches antiguos con un diferente tratamiento de cada uno de ellos.
Un uso frecuente del coche no debe tener la consideración de un coche clásico cuya utilización debe ser más restringida, habiendo aseguradoras que limitan la contratación al hecho de que el vehículo solo circule los fines de semanas o festivos o para concentraciones de este tipo de vehículos. Las aseguradoras especializadas en su contratación suelen ofrecer productos específicos, pero pidiendo, además, otros requisitos, como pueden ser que los coches clásicos tengan más de 20 años y un límite máximo de kilómetros al año. En caso de siniestro, sin embargo, son valorados de acuerdo con su antigüedad. Al contratar un seguro, la prima se fija, entre otros factores, de acuerdo con la edad y tiempo de carné del conductor habitual, teniendo cada aseguradora política de suscripción diferentes. Por ello, si la persona que utiliza el vehículo en el momento de la ocurrencia del siniestro no reúne los requisitos exigidos en la póliza se produce una agravación del riesgo que puede conllevar la reducción proporcional de la indemnización atendiendo a la diferencia entre la prima convenida y la que se hubiera aplicado de haberse conocido la verdadera entidad del riesgo (edad y antigüedad del carné de la persona que ha tenido el siniestro).
En definitiva, dado el carácter obligatorio del aseguramiento del vehículo, esté o no circulando, la búsqueda de un seguro para un vehículo clásico, antiguo o incluso histórico adecuado según la utilización del vehículo requiere un aseguramiento profesional para evitar situaciones, en caso de siniestro, no deseadas.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA