Las aseguradoras, al ofrecer un seguro de hogar, suelen trasladarnos la idea de ser los más competitivos y que ofrecen las mejores coberturas al mejor precio, pero no tienen en cuenta las necesidades reales del asegurado.
Con carácter previo hay que hacer constar que siendo un seguro no obligatorio sus coberturas hacen que se convierta en obligatorio, pues las contingencias que cubre causarían un gran problema económico al que no disponga del mismo. En definitiva, creemos que un seguro de hogar correctamente contratado puede ser una medida de ahorro. Tal afirmación está basada en las coberturas básicas que normalmente encontramos en todos los seguros multirriesgo de hogar, como pueden ser los daños por agua o la responsabilidad civil, por ejemplo. Pero está contratación debe estar asesorada por un profesional de los seguros que informe sobre las coberturas y atienda en los siniestros, circunstancia que no ocurre en la contratación, por ejemplo, de los bancos.
Otro elemento importante para evitar engaños en la contratación de un buen seguro de hogar es la de valorar aquellos elementos necesarios para que, cumpliendo el objetivo de tener un seguro ajustado a nuestras necesidades, la prima esté ajustada a la realidad de los valores de nuestra vivienda, es decir, que tanto el continente como el contenido sean correctos. El buscar abaratar el seguro con unas cuantías para esos valores que no se ajusten a la realidad solo puede causar perjuicios a la hora de ocurrencia del siniestro pues el mismo no será indemnizado de acuerdo con su cuantía real. En estos casos nos encontraríamos con un infraseguro que generaría que las compañías de seguros aplicarían una regla proporcional, según la cual reducen la indemnización en función del importe asegurado, aplicando una formula en la que reducen, proporcionalmente, el abono del siniestro.
Por último, es importante señalar que los seguros de hogar, en contra de una creencia bastante extendida, no cubren la totalidad de los daños que se producen en una vivienda, sobre todo los relativos al uso, falta de conservación o defectos constructivos. Para hechos no cubiertos por la póliza, como puede ser la rotura de una persiana, ponen a disposición del asegurado el envío de un profesional para su reparación. En estos casos, la cobertura se limita, por lo general, al envío con coste de desplazamiento por parte de la aseguradora, pero el material y el coste de la mano de obra debe ser abonada por el asegurado. Pero es que, además, las pólizas de hogar, que son multirriesgo, es decir, comprenden varías coberturas, no amparan todos los hechos que se produzcan, pues cada cobertura tiene sus exclusiones.
En definitiva, el hecho de que sea un seguro necesario, aunque no obligatorio, al que se le deben dar unos valores correctos para su contratación y conocer sus coberturas, hacen necesario que la búsqueda del mejor seguro se realice a través de un mediador que formalizara la póliza que mejor se ajuste a sus necesidades.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA