Con la intervención del mediador del seguro en un siniestro se plasma de manera íntegra una de sus obligaciones de la ley de mediación como es la de asesorar al cliente profesionalmente en caso de siniestro, ofreciendo un servicio de calidad y que el cliente no se vea perjudicado o perdido hasta la liquidación del siniestro.
El mediador, además de la función de asistencia en el siniestro, es una persona física o jurídica que busca para su cliente un seguro que se ajuste a sus necesidades, estudiando las diferentes modalidades y coberturas del mercado asegurador conociendo los riesgos y las consecuencias económicas a las que el futuro asegurado pueda enfrentarse. Por tanto, si no sabemos mucho de seguros lo mejor es acudir a un mediador que nos asesorará de cuál es el mejor producto a contratar, ofreciendo otros servicio y de entre los diferentes tipos de mediadores, el corredor es el que goza de mayor independencia y menor vinculación con la aseguradora ofreciendo por tanto más garantía.
Referente a los siniestros, el mediador dispone de conocimientos o de personal cualificado para su tramitación, recepcionando la declaración de este para iniciar la apertura del mismo, adjuntando los documentos necesarios para una correcta tramitación del siniestro. El cliente tiene a su disposición una persona durante toda la tramitación del siniestro con el que podrá estar informado sin necesidad de tener que recurrir a la compañía. El mediador se encargará de agilizar los trámites de resolución para una pronta liquidación del siniestro. Estas operaciones son las que lleva a cabo el mediador de seguros, y están dirigidas a un mismo fin, ganar en eficacia, eficiencia y resolver el siniestro de una manera rápida y que no sea pesada o traumática para el cliente.
Resaltábamos antes la figura del corredor frente a los otros mediadores por ser una figura exenta de vinculación con las aseguradoras, pudiendo reclamar, sin ningún tipo de problemas, antes las instancias necesarias cuando detecte alguna anomalía en la tramitación de algún siniestro. No es lo mismo tener que enfrentarse, sin conocimientos, a una aseguradora, como ocurre con las líneas directas o las aseguradoras sin mediadores, que estar apoyado en unos profesionales, con conocimientos, que puedan gestionar una reclamación sustentada en bases legales o contractuales.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA