La adquisición de un ciclomotor o motocicleta es un motivo para protegerse frente a la posible sustracción de la misma.
Estos vehículos, por sus características, son más vulnerables y a la hora de protegerse con elementos antirrobo o tomando precauciones (garaje, por ejemplo) no hay que olvidar la contratación de un seguro que se encargue de indemnizar en caso de que se produzca el siniestro. Normalmente el seguro se puede encargar de cubrir la sustracción mediante robo, hurto o apropiación indebida, pero hay que prestar atención a cada póliza pues cada aseguradora especifica sus condiciones.
Esta garantía las aseguradoras la pueden incluir en la cobertura de todo riesgo con o sin franquicia, aunque este tipo de seguro no suele ser el más corriente por su alto coste, ofreciendo en lo que ahora interesa, la contratación de un seguro a terceros ampliado en el que incluyen, normalmente, además del robo, el incendio. Indudablemente tomar precauciones para evitar el robo como, por ejemplo, dejar aparcada la moto en lugares frecuentados por personas y no olvidar nunca bloquear la dirección antes de sacar la llave, además de, si es posible, anclarla a un elemento sólido son prevenciones necesarias pero insuficientes sin un buen seguro.
Pero es muy importante conocer cuál es el alcance de la cobertura que se contrate, pudiendo variar este en función de la aseguradora ya que algunas diferencian el robo del hurto, sin dar cobertura a esta última situación o, bien, solo cubren la sustracción completa de la moto y no la desaparición de elemento de la misma. Cobra, pues, mucha importancia el hecho de estar bien asesorado para evitar desagradables en el caso de ocurrir un siniestro.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA