Con el paso del tiempo, los coches viejos van perdiendo valor y se recomienda que los seguros se vayan reduciendo en coberturas.

Hay que diferenciar entre un coche que tiene muchos años y es antiguo, a un coche clásico, o tener un coche histórico.

Un seguro de coche debe adaptarse a las características que presenta cada persona y este condicionante se encuentra también en la conducción de los coches clásicos o históricos donde los requisitos de contratación determinan no solo las características que debe reunir el vehículo, sino que determina la edad mínima del conductor para que el seguro pueda aceptar la contratación.

Un exceso de velocidad, el coche parado en doble fila, saltarse un stop… son muchos los supuestos que pueden acarrear una sanción de tráfico y suponernos, en ocasiones, un auténtico trastorno de tiempo y dinero con el que no contábamos, pero son situaciones a las que no tendríamos que hacer frente si tenemos el coche guardado en el garaje porque, dada su antigüedad o avería, ya no utilizamos, pero no queremos desprendernos de él por la causa que sea.

Actualmente tener el vehículo clásico cerrado en un garaje, pero sin haberlo dado de baja en tráfico, conlleva el riesgo de poder ser multado ya que el posible cruce entre la base de datos de tráfico y la de las compañías de seguros daría lugar a una importante sanción económica.

Tener un coche o motocicleta guardado en el garaje sin seguro puede llegar a ser un problema por la obligatoriedad de tener asegurados todos los vehículos dado de alta en tráfico y actualmente puede ser multado, aunque no circule, dado que se están cruzando los datos de seguros con los de tráfico.

En España existe un parque muy elevado de vehículos antiguos con los riesgos que ello conlleva para la seguridad vial y el medio ambiente y es que varios estudios inciden en que la edad del parque automovilístico tiene relación directa con la siniestralidad y la emisión de gases contaminantes.