Cada vez hay más personas que quieren contratar un seguro de vida o un seguro de decesos, pero no saben cuál elegir.
Hay que saber que los dos seguros cubren el fallecimiento del asegurado. Pero de diferente forma. En el seguro de vida se garantiza un capital o suma asegurada en caso de muerte, y en el seguro de decesos se garantiza los gastos de sepelio del asegurado con la asistencia que venga reflejada en la póliza contratada.
El seguro de vida
Es un contrato con una compañía aseguradora que garantiza el pago de una cantidad de dinero (indemnización) después de haber pagado unas primas establecidas y que el beneficiario recibirá al fallecimiento o incapacidad del asegurado.
Es decir, el seguro de vida sirve para indemnizar a los familiares en caso de fallecimiento del asegurado.
Factores que influyen en el contrato de seguro de vida:
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La edad
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La profesión
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La salud
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La actividad física o si se practica algún deporte de riesgo.
Tipos de seguros de vida
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Seguro de vida temporal por un riesgo, el asegurado contrata el seguro porque va a realizar alguna actividad, viaje, o quiere tener cubierto un capital ante un posible peligro de vida, teniendo garantizada una suma asegurada para sus beneficiarios.
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Seguro de vida para hipotecas, es un contrato que exigen las entidades financieras para cubrir el préstamo hipotecario y en caso de producirse la muerte del asegurado la hipoteca quedaría cancelada.
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Seguro de vida con ahorro, se garantiza al asegurado un capital a largo plazo según el contrato, pudiendo retirar el asegurado el importe en caso de invalidez absoluta o invalidez permanente o solicitar una rentabilidad fija según lo estipulado por contrato al llegar a una edad determinada.
El seguro de decesos
Es un contrato de seguro que garantiza llevar a cabo las gestiones relacionadas con el entierro del asegurado. Es decir, la compañía se encargará de todos los gastos del fallecimiento y sepelio. Entre otras cosas, gastos como:
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La elección del féretro, los gastos del tanatorio, el coche fúnebre y coche de acompañamiento.
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El certificado de defunción y gestiones administrativas.
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El traslado o la repatriación si fuera necesario del fallecido.
Ambos seguros, el seguro de vida y el seguro de decesos, tienen en común que cubren el fallecimiento del tomador del seguro, pero en el caso del seguro de vida garantizan el capital asegurado para el beneficiario y con el seguro de decesos se presta un servicio a los familiares para que no tengan que preocuparse de realizar ninguna gestión relacionada con el sepelio.
En SEGUROSCEA, te adaptamos el seguro de vida y el seguro de decesos que puedes contratar teniendo en cuenta estas características. La diferencia está en tus necesidades como tomador del seguro. Ponte en contacto con nosotros y te asesoramos de manera gratuita.
Ana María Amador Rua. Abogada Seguros CEA