La responsabilidad civil voluntaria es la cobertura que complementa el importe de los daños causados a un tercero, cuando la cuantía máxima exigida por la ley es insuficiente para poder reparar el daño causado o las obligaciones legales derivadas del mismo.
Hasta la entrada en vigor de la normativa comunitaria que fijó los topes de indemnización del seguro obligatorio en 70 millones de euros para los daños físicos, con independencia del número de afectados, y 15 millones de euros para los daños materiales, con independencia del número de vehículos y bienes afectados, esta cobertura tenía mucho más importancia ya que suplementaban las cantidades que cubría el seguro obligatorio que hasta esa fecha eran insuficientes. Es importante destacar que el seguro de responsabilidad civil voluntaria, al igual que el seguro de responsabilidad civil obligatorio, es un seguro de coche a terceros y por tanto, no cubre los daños personales que pudiera sufrir tomador del seguro o el conductor del vehículo, ni los que sufra el coche siniestrado, en el supuesto de que sean causantes del accidente.
En definitiva, la responsabilidad civil voluntaria es una ampliación que las aseguradoras dan a la obligatoria para cubrir los daños que superen la cuantía máxima impuesta por ley para cubrir los gastos de terceros ante un accidente. Aunque desde que se modificó la normativa sobre las cuantías del seguro obligatorio estas son muy altas no hay que desdeñas la posibilidad de verse involucrado en un accidente que supere esos importes de ahí la importancia de la contratación de este seguro cuya cuantía las aseguradoras suelen fijarla en 50 millones de euros. Es recomendable, pues, para todos los propietarios de vehículos que no quieran tener sobresaltos, incluso cuando el vehículo se encuentre estacionado en un aparcamiento u otra propiedad pública o privada.
Pero esta cobertura también tiene sus exclusiones como son las que marque la ley, los daños causados intencionalmente por el asegurado, cuando exista embriaguez o influencia de sustancias estupefacientes, y otras circunstancias que deben figurar en la póliza y ser expresamente aceptadas por el asegurado.
No obstante, la dificultad para elegir un seguro es la variedad de ofertas que existen en el mercado por lo que se hace cada vez más necesaria la intervención de profesionales para que la labor de información sea completa. Esa labor de información realizada por verdaderos profesionales, como son los mediadores de seguros, da un valor añadido a la póliza, ya que complementa los servicios de las aseguradoras, a la vez que vigilan sus intereses frente a ellas.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA