La progresiva desescalada y el final del confinamiento genera y generará, entre otras muchas problemáticas, la tesitura de si se va a producir o no un cambio de hábitos en el uso del transporte para nuestro ocio o trabajo.
Sin duda el transporte público es el que genera más incertidumbre pues mantener las distancias recomendadas por las autoridades sanitarias entre pasajeros se prevé muy complicado. Se observa que, para los desplazamientos, se opta por desplazarse en transportes que no supongan contacto personal con otras personas. En este sentido la bicicleta está ocupante un lugar predominante y aunque el excesivo número de ellas que han aparecido en cuanto se nos ha permitido salir tenderá a disminuir, su proliferación no va a dejar de ser importante ya que al hecho ya mencionado de evitar el contacto personal se une el beneficio que supone para el medio ambiente. Ya son varias las localidades españolas que han instalado más aparcabicis en diferentes barrios para fomentar su uso.
El gobierno también ha solicitado a los ayuntamientos que impulsen el uso de la bicicleta como alternativa de transporte limpio y sostenible durante la desescalada del confinamiento. Está solicitud solo es una recomendación sin medidas adicionales que ayuden. Considera el gobierno que fomentando el uso de la bicicleta se contribuye a descongestionar el transporte público, evitar el uso masivo de vehículos particulares y se evitaría la contaminación atmosférica. El coronavirus puede tener un largo recorrido con el consiguiente cambio de hábitos y los desplazamientos al trabajo generan preocupación. Las concentraciones de personas, aunque vayan con mascarillas, podría hacer retroceder la desescalada y volver al confinamiento.
En este contexto estar correctamente protegidos en caso de accidente será fundamental. El mercado ofrece distintas opciones en seguros de bicicletas. La no obligatoriedad de asegurar una bicicleta hace que muchos ciclistas no lo contraten para posteriormente darse cuenta de que no solo es una medida de protección sino incluso una medida de ahorro, pues tanto él como la bicicleta estarían amparados ante situación. En relación con el ciclista, debería tener en cuenta que cualquier accidente pudiera causarle daños por lo que la contratación de la cobertura de daños personales, con los límites que figuren en póliza, es una opción a tener en cuenta. Ese mismo accidente pudiera generar alguna responsabilidad por haber causado daños a terceros, lo que conllevaría que pudieran reclamarnos lo que aconsejaría la contratación de un seguro de responsabilidad civil y la de defensa. Para el supuesto de ser perjudicado, la posibilidad de que la reclamación sea efectuada por la aseguradora es otra opción para tener en cuenta contratando la cobertura de reclamación de daños. En relación con la bicicleta, y además teniendo en cuenta el valor que tienen en el mercado alguna de ellas, la posibilidad de que sea sustraída es muy importante, por lo que la cobertura de robo sería la más idónea.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA