El tener un vehículo como un 600 u otro de otra marca pero que reúna las características de éste es considerado por sus propietarios como un tesoro que conservan con mucho cuidado y todas las garantías de uso, aunque los propietarios que lo guardan en garajes o naves sin utilizar deben saber que aquellos dados de alta en tráfico han de tener por lo menos el seguro obligatorio, y si no cumplen con este requisito se arriesgan a una multa económicamente importante.

Un seguro de coche debe adaptarse a las características que presenta cada persona y este condicionante se encuentra también en la conducción de los coches clásicos o históricos donde los requisitos de contratación determinan no solo las características que debe reunir el vehículo, sino que determina la edad mínima del conductor para que el seguro pueda aceptar la contratación.

Un exceso de velocidad, el coche parado en doble fila, saltarse un stop… son muchos los supuestos que pueden acarrear una sanción de tráfico y suponernos, en ocasiones, un auténtico trastorno de tiempo y dinero con el que no contábamos, pero son situaciones a las que no tendríamos que hacer frente si tenemos el coche guardado en el garaje porque, dada su antigüedad o avería, ya no utilizamos, pero no queremos desprendernos de él por la causa que sea.

En España existe un parque muy elevado de vehículos antiguos con los riesgos que ello conlleva para la seguridad vial y el medio ambiente y es que varios estudios inciden en que la edad del parque automovilístico tiene relación directa con la siniestralidad y la emisión de gases contaminantes.