Una fuga de agua que no da la cara es difícil detectarla salvo que por medio de la factura del consumo de agua o de una llamada de la compañía suministradora nos ponga al tanto de esa circunstancia.
Una fuga de agua que no da la cara es difícil detectarla salvo que por medio de la factura del consumo de agua o de una llamada de la compañía suministradora nos ponga al tanto de esa circunstancia.