Las coberturas relativas a los daños propios, la responsabilidad civil, la rotura de lunas o el robo son ejemplos de coberturas que no suelen generan problemas pues son conocidas por la mayoría de los asegurados, pero, hay situaciones e incidencias que requieren alguna aclaración como puede ser por ejemplo la relativa a la conducción de vehículos por personas que acaban de sacar el carné de conducir.