El plan de pensiones es un producto financiero diseñado para el ahorro a largo plazo con el objetivo de complementar la pensión pública de jubilación y que el ahorrador no pierda capacidad adquisitiva una vez finalizada su vida laboral.
Para suscribir un plan de pensiones no hay que ser experto en economía, ya que la gestión de este se encuentra delegada en profesionales, que tratarán de maximizar la rentabilidad de la inversión respetando siempre el perfil de riesgo definido en su política de inversión. Alcanzar una jubilación desahogada es fundamental para todo trabajador. Este objetivo, sumado a la previsión de que la generosidad de las futuras pensiones públicas será menor que la existente actualmente, anima cada vez a más personas a llevar a cabo inversiones estratégicas para garantizar su futuro. Una forma frecuente de canalizar esa inversión es a través de los planes de pensiones, que permiten generar ahorros a largo plazo de forma flexible y acumular un capital que en la jubilación permita complementar los ingresos procedentes de la pensión pública de jubilación.
Las ventajas de los planes de pensiones las podemos encontrar en sus beneficios fiscales. Las aportaciones que se realizan al plan pueden desgravarse a la hora de hacer la declaración de la renta reduciendo la base imponible del IRPF. Es decir, tu plan de pensiones permite disminuir la cuantía que se pagará a hacienda hasta los límites establecidos por la legislación. Otras de las ventajas la encontramos en que tienen unas comisiones relativamente bajas en comparación con otros productos financieros, así como que son traspasables y si se encuentra otro más ventajoso se podrá hacer sin tener que pagar impuestos. El traspaso entre planes de pensiones es gratuito desde un punto de vista fiscal. Solo pagarás impuestos cuando decidas rescatarlo.
Pero siempre hay que tener en cuenta que no se podrá recuperar el dinero cuando se quiera, sino que hay que reunir alguna de las condiciones legalmente establecidas. La principal es la jubilación, pero también podrás rescatar el plan pasados diez años desde que se contrató, por enfermedad grave, por fallecimiento, por invalidez laboral o por desempleado de larga duración. Por tanto, si se contrata un plan de pensiones has de hacerlo pensando en el largo plazo (mínimo diez años). No obstante lo anterior en la actualidad el mercado nos ofrece una amplia gama de productos destinados a ahorrar para nuestra jubilación y aunque los más conocidos sean los planes de pensiones, éstos no son el único instrumento existente, aunque si el más extendido. Los planes de previsión de ahorro (PPA), los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), los seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP) y los seguros de vida son otras alternativas que nos podemos plantear para materializar nuestro ahorro con vistas a la jubilación.
La necesidad, por tanto, de asegurarse la jubilación a través de sistemas privados de ahorro recomienda el estudio de las diferentes alternativas que ofrece el mercado asegurador, por lo que es conveniente estar bien asesorado para evitar situaciones de difícil o imposible solución al llegar la jubilación.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA