La frase “es mejor prevenir que lamentar” se podría aplicar sobre la temática de la jubilación, ya que todos buscamos, tras nuestra vida laboral, un retiro digno con unos ingresos adecuados a esta nueva etapa de nuestra vida.
Realmente hay muchas razones para que este objetivo se pueda cumplir, pero debemos tener en cuenta que la pensión del sistema público no es la única fórmula de garantizar unos ingresos para el futuro, existiendo otros medios para ello. El enfoque que deberemos dar a este planteamiento de fututo lo intentaremos resumir en tres razones.
El primer razonamiento que debemos hacer es el relativo al futuro de las pensiones públicas donde se prevé un aumento del número de pensionistas y una disminución de la población trabajadora, surgiendo dudas sobre su sostenibilidad encontrándonos, además, con el desacuerdo de los partidos políticos que no aclaran su futuro. Es por ello por lo que, frente al sistema de previsión social pública, es cada vez más necesario recurrir al sistema que se encarga de complementar los ingresos generados por aquella, como pueden ser los sistemas de aseguramiento y ahorro privados, con aportaciones individuales. Ya sabemos que la época en la que estamos permite poco ahorro, pero la previsión del hoy día es la garantía de tener un futuro sin agobios. No queremos dejar de resaltar la importancia que adquiere un asesoramiento profesional ya que la diversidad de opciones, y sin conocimiento de estos, pueden conllevar un riesgo que no es deseable correr.
Como una segunda razón, y como consecuencia de lo anteriormente expuesto, debemos buscar la vía idónea para encauzar ese ahorro para nuestra jubilación, confiando los ahorros a entidades de seguros para constituir fondos que nos permitan sobrellevar su retiro de la vida activa en el futuro. La contratación de los seguros de ahorro o jubilación destinados a completar las cuantías económicas de las pensiones es una opción, no sólo inteligente sino, con el devenir de los hechos, hasta necesaria.
Por último, y como tercera razón para contratar un seguro de jubilación deberemos hacer mención del tiempo que deberemos aportar nuestros ahorros para una deseada jubilación. Actualmente, en el sistema público, nuestra jubilación dependerá de los años que hayamos cotizado, por lo que, la edad de 65 o 67 que es la idea más extendida en nuestra sociedad al respecto de la edad de jubilación, no deja de ser algo teórico y puesto en estudio dependiendo de cada caso. Al tratarse de un plan a largo plazo sujeto a un interés sobre un capital, cuanto antes comencemos a ahorrar, más capital obtendremos. La ventaja de empezar a realizar aportaciones mensuales con suficiente antelación a la jubilación es que el ahorro cuesta menos esfuerzo. La aportación mensual dependerá, por tanto, del tiempo restante hasta la jubilación y del capital que se desee disponer en ese momento.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA